Una de las principales preocupaciones de los gestores de discotecas a la hora de valorar un sistema cashless es la duda sobre si será efectivo para todos los tipos de público que pasan por su local a lo largo de una temporada. Es una cuestión completamente lógica, sobre todo si recordamos que la mayoría de discotecas punteras en su ciudad buscan ofrecer una experiencia especialmente dirigida al público de cada evento, en ocasiones con formatos que cambian radicalmente varias veces a la semana, e incluso contando con promotores externos para algunas fiestas.
En este post revisamos qué aspectos hay que tener en cuenta para que la implantación de un sistema cashless en tu discoteca se traduzca siempre en una mejora para el asistente. Para ponernos en situación, pensemos en una sala con la siguientes características:
- Aforo de entre 1000 y 5000 personas
- Realiza al menos dos o tres eventos por semana en horario nocturno con públicos objetivos distintos (por ejemplo: una fiesta dirigida a público joven universitario los jueves, una fiesta más comercial los viernes y una sesión de música electrónica los sábados).
- Además, lo complementa con conciertos en directo en los que el promotor de la actuación es externo.
Mantener la identidad de la sala
La sala sobre la que estamos haciendo el análisis, como la mayoría de salas que necesitan diferenciarse hoy en día, invierte recursos considerables en su identidad de marca. El objetivo es principalmente transmitir una imagen cercana a su público objetivo y además aumentar la recurrencia de sus clientes generando una relación confianza. A la identidad de la sala, generalmente hay que sumar la marca del evento para las sesiones recurrentes, que en muchas ocasiones tienen sus propias cuentas en redes para llegar mejor al público deseado.
Implementar un sistema cashless con una tercera identidad de marca, que muchas veces es completamente opuesta a la de la sala en términos estéticos, va directamente en contra de todo el trabajo que realiza el equipo de marketing de la sala. De hecho, cada vez vemos más casos de discotecas que optan por utilizar sus propias ticketeras para así tener el control de la experiencia del cliente desde la primera vez que interactúan con la sala. En este sentido, uno de los requisitos fundamentales para contribuir al trabajo de marketing que debe cumplir un sistema cashless es que sea personalizable, idealmente a nivel evento, de manera que los usuarios perciban que siempre están dentro del entorno seguro y de confianza de la sala.
Adaptarse al formato del evento
Los distintos formatos que realiza nuestra sala van dirigidos a públicos distintos, especialmente en tres ejes muy relacionados:
- Edad: desde públicos muy jóvenes los jueves hasta un público más maduro los sábados y en algunos conciertos.
- Duración: los conciertos rara vez duran más de 3 horas mientras que en ocasiones tenemos sesiones de discoteca de 8 horas o más. Además, la duración del evento también se traduce en mayores picos de movimiento a la entrada y salida del evento.
- Gasto, que, como es de esperar, va directamente relacionado con las dos anteriores. Un público más joven gastará menos, especialmente en un concierto entre semana, mientras que un público entre 25 y 30 años donde la mayoría tiene ingresos propios y sale con menor frecuencia gastará mucho más en un evento de discoteca un sábado.
El desafío adicional que tienen las salas que hacen distintos formatos de eventos como la de nuestro ejemplo es que necesitan un sistema cashless que se adapte a cada particularidad de los públicos que recibe. Necesitaremos un sistema cashless cómodo y sencillo de utilizar para el cliente, ya que cuando tenemos eventos de corta duración no podemos permitirnos repartir pulseras o que se formen colas en puntos de recarga. Cuando el público es más senior o no es recurrente en la sala tampoco funcionan las estrategias de comunicación para formarlo en el método de pago. En definitiva, tiene que ser un sistema extremadamente intuitivo que no suponga ninguna fricción para comprar exigiendo recargas, o actuando como un monedero del que hay que solicitar devoluciones.
Colaborar con promotores externos
Por último, recordemos que algunos de los conciertos que realiza nuestra sala de ejemplo los promueven entidades externas. Dependiendo del acuerdo al que lleguen puede ocurrir que el promotor tenga derecho a un porcentaje de la venta de bebidas, o que quiera participar en la venta de las mismas incluyéndolas como un suplemento en la entrada.
Cada caso es distinto, por lo que la principal característica que hace fuerte a un sistema cashless en este aspecto es que sea flexible y ofrezca datos precisos para la sala y los promotores. Por ejemplo, que se puedan atribuir las compras que proceden de las redes sociales del promotor o que sea posible pre-comprar consumiciones entre que se adquiere la entrada y comienza el evento, un periodo de tiempo muy valioso para impactar a los clientes ya que contamos con la ventaja de la anticipación que sienten por el evento.
En FesteaPay, trabajamos mano a mano con las discotecas para asegurar que nuestra solución cashless cumple con sus necesidades. Ofrecemos un sistema sencillo, que no produce colas ni requiere de hardware específico ya que utiliza los propios móviles de los asistentes a la vez que se garantiza el mismo nivel de seguridad que en un cashless basado en pulseras. Lo utilizan miles de asistentes cada semana en eventos de distintos formatos y dirigidos a públicos diversos, demostrando ser una solución intuitiva ya que el 60% de los usuarios que pagan por primera vez lo hacen en menos de 30 segundos.