La vuelta de los festivales tras la pandemia ha supuesto la generalización del cashless en los eventos de gran formato. Ya sea con pulseras RFID o con pagos vía móvil la facilidad y seguridad de este tipo de métodos es innegable cuando hay que gestionar un volumen tan grande de gente y de dinero.
Las pulseras RFID o pagos con el móvil han supuesto una evolución de los tradicionales tokens para pagar por la seguridad de las transacciones y por la facilidad para gestionar la contabilidad de un evento de tales dimensiones con un gran número de personas y trabajadores involucrados.
Pero los beneficios de estas soluciones sin efectivo no tienen por que ser exclusivas de festivales; discotecas de todo el panorama nacional reúnen semanalmente miles de personas en su recinto y, por lo tanto, una gran cantidad de pagos. Pero dado que las personas suelen pasar de media unas 3h dentro de una discoteca la implantación de un sistema de pulseras RFID no es viable en estos entornos.
Entonces, ¿qué alternativas hay para gestionar la contabilidad y la seguridad con un volumen tan grande de dinero? La primera y la más tradicional es el uso de tickets de consumiciones canjeables, pero las colas que se generan para su compra suelen lastrar la experiencia de los asistentes, además la contabilidad es un trabajo manual, y los datos de qué y cómo han consumido los asistentes tienen que ser introducidos a mano por los camareros.
Una solución más moderna es el uso del teléfono móvil como método de pago, todo el mundo dispone de uno, a diferencia de las pulseras que hay que entregarlas a los asistentes, y su uso tras el COVID está muy generalizado entre la población para consultar cartas digitales.
¿Cómo funcionan estos sistemas?
Los asistentes escanean los QRs repartidos por el evento, seleccionan su pedido y pagan directamente con el teléfono a través de ApplePay, GooglePay, Bizum, Paypal o tarjeta. Como no es necesario descargarse una aplicación y usan los sistemas de pagos del móvil es un sistema muy rápido y eficaz.
Una vez han hecho su pedido solo tienen que acercarse a la barra a recoger su bebida, donde los camareros validarán su compra y le servirán su pedido sin necesidad de cobrar ni ticar el pedido en el sistema por lo que se reduce enormemente el tiempo de preparación de los pedidos, y, por tanto, de espera de los clientes. Además de evitar posibles descuadres de caja al final de la noche.
Una vez pasado el evento los propietarios del recinto tienen toda la contabilidad hecha de manera automática, todos los datos de consumo y la seguridad de tener controlados al milímetro todos los pagos realizados. La gestión del stock necesario se facilita enormemente al tener los datos de qué se consume al dedillo de todas las noches.
¿Quieres probarlo tú mismo?
Solo tienes que escanear este QR con tu teléfono móvil.
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